Vlado Gotovac (escritor yugoslavo...es decir con sentimientos identitarios múltiples)


"NUNCA HE COMPRENDIDO A QUIENES DESEARÍAN QUE EL ARCO IRIS FUERA DE UN SÓLO COLOR. ÚNICAMENTE SU VARIADA GAMA CROMÁTICA LO HACE HERMOSO. ASÍ, TAN SÓLO DIVERSAS ETNIAS Y GRUPOS HUMANOS PUEDEN ENCERRAR TODA LA BELLEZA DEL MUNDO".
Vlado Gotovac. Escritor yugoslavo (...portador de identidades múltiples, no excluyentes, radicalmente opuesto a la limpieza étnica que configuró los actuales estados mono-étnicos en los Balcanes)

miércoles, 27 de abril de 2016

Otegi. Entre el derecho a una segunda oportunidad y la renuncia a ella.




Bizitza honetan guztiok badugu bigarren aukera bati eusteko eskubidea. Bai, baina batzuek hori ez dute aprobetxatzen. Besterik ez. Ene ustesz horrela jokatu zuen atzo Otegi jaunak Europear Batasunaren erakundeetan.







Soy de los que creo que todos tenemos derecho a una segunda oportunidad. Y no lo digo en un ejercicio de retórica, sino en un ejercicio de realidad, pues soy una persona que muchas veces se ha equivocado en esta vida y otras tantas ha necesitado recibir ese don, pues como tal lo observo, en forma de una nueva posibilidad de incorporación. Creo que cualquier persona que haya cometido un error, un delito o un crimen debe pagar por ello, pero también que su vida puede ser rehecha si verdaderamente aborrece del daño cometido y reconoce su error. El profundo sentido que anida en ese constructo, tantas veces esgrimido, que conocemos como "reinserción social", no es otro que este: dar una segunda oportunidad a quien erró en la primera. Ahora bien, otorgar ese inmenso regalo a quien violó, secuestró, torturó, asesinó y extorsionó  no puede ser una oferta a fondo perdido. Es fundamental que el rechazo a sus acciones pasadas, la petición de perdón a las víctimas y la voluntad de no repetición sean un hecho constatable (más allá de las posiciones coyunturales o posibilistas) para poder ser de nuevo aceptado en el seno del lugar común ciudadano.

Así, Arnaldo Otegi tenía ayer una oportunidad de oro en las instituciones europeas; podía hacerse acreedor de ese salvoconducto ético necesario para poder reintegrarse (él y la ideología que representa) en la vida social vasca, española y europea, ámbitos sociales interconectados (cuestión esta que oculta el independentismo) en los que se desarrolla nuestra vida actual. Pues no ha sido así, en mi opinión el señor Otegi dinamitó ayer lo que podía haber sido su gran oportunidad, esa senda que inició  al decir que "...también nosotros somos responsables del sufrimiento que se ha causado". Y digo que despreció esa segunda oportunidad, pues sus declaraciones posteriores no hicieron sino retrotraernos varias décadas atrás, repitiendo de nuevo todos los discursos anteriores y redefiniendo los estereotipos labrados durante décadas de complicidad con la dictadura de ETA y su secuela de sangre y horror: conflicto político vasco, sacar de las carceles a los presos políticos vascos, el estado español opresor, etc... No. Eso no es autocrítica señor Otegi. Autocrítica sería reconocer que personas como usted han arrojado a la ignominia y a la carcel a miles de jóvenes vascos, después de inocularles en vena el odio a un "enemigo exterior", al que era lícito exterminar y que con ello alcanzarían el "paraíso de una Euskal Herria indepediente". Realmente entre lo que ustedes han hecho, y lo que en este momento realizán los imanes radicales, instalados comodamente en sus mezquitas, no hay gran diferencia. Guardar un minuto de silencio por el crimen de Gernika, en abril de 2016, está muy bien, pero hubiera estado mucho mejor si las alusiones a "todas las víctimas" no constituyeran un cajon de sastre en el que lo mismo cabe un asesinado y su verdugo. Porque este discurso, en el marco de una ciudad belga que ha sufrido recientemente el zarpazo del terrorismo suena, voy a ser comedido, un tanto fátuo y poco sincero. 

Pero también ha dinamitado más cosas, sí. Ha dejado en evidencia a una izquierda española, acomplejada ante la erótica de la "lucha revolucionaria" de los años setenta, profundamente sin norte en este momento. Unas fuerzas que se dicen progresistas (aunque ya Paulo Freire dijo que quienes no hacen sino actuar con los mismos medios que los explotadores nunca serán germen de una verdadera revolución, sino del totalitarismo), como es el caso de Podemos (las explicaciones del diputado Xabier Benito para no participar en el minuto de silencio se me antojan un insulto a quienes nos jugamos el tipo, literalmente, en miles de minutos de silencio en Euskadi) o IU, y que no dudan al ir de la mano de una de las fuerzas vascas con las manos manchadas de inhumanidad y corrupción (moral y económica, en ambos casos hablo de cifras impresionantes). Tampoco se salvan de esta crítica otras formaciones como es el caso del  PNV  (lo escrivo con cierta prevención, porque no se muy bien si estuvo en ese minuto de silencio o no) y del PSOE (su presencia puedo confirmarla), que, al parecer, no firmaron la petición hecha por las dos eurodiputadas antes mencionadas. Repito, desde el respeto por estas formaciones, entre los que hay numerosos amigos, que las explicaciones dadas no me convencen, por inconsistentes y débiles.  Hoy en el diario El Correo, Gorka Angulo, explica todo esto con meridiana claridad en un artículo al respecto. Pienso que este hecho, que ha tenido una gran repercusión mediática, puede pasar, a corto-medio plazo, una importante factura a estas fuerzas.

Tan sólo una conclusión final. Si yo hubiera estado ayer en las instituciones europeas (de esa Europa que se desinfla, precisamente por el auge de los nacionalismos frente a la unión) lo hubiera tenido muy claro, sin duda me hubiera unido a ese grupo de personas lideradas por Maite Pagazaurtundua y Teresa Jiménez-Becerril, entre los que reconocí a mi querido Peio López de Munain.  Y no lo hubiera hecho por afinidad política, dejémos ya las memeces epidérmicas, lo hubiera hecho por algo de importancia radical: porque ellas representaban ayer la dignidad y la vergüenza. Tan sólo por eso Arnaldo. Tú tuviste esa oportunidad y, en mi opinión, la desaprovechaste.



1 comentario:

  1. Gracias por tu artículo Jesús. Yo también pasé vergüenza escuchando tanta escusa y tanta mentira.

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