Solidaridad con Bruselas. Solidaridad con las víctimas. No caigamos en la trampa

Ayer mismo comentabamos en clase en la Universidad de Deusto el miedo que tiene Europa ante el avance del terrorismo islamista y como ese mismo miedo es uno de los factores que ha influido el la criticable respuesta dada por la UE frente a la crisis humanitaria desatada en Idomeni. Bien, el "Fascismo Islamista" ha dado un nuevo golpe, con la crueldad que lo caracteriza, en el centro de la Unión, en la ciudad de Bruselas. Según las últimas noticias, son ya 31 los muertos (no, hablemos correctamente, en este país sabemos mucho del uso pernicioso del lenguaje, 31 asesinados). En este momento no caben decir sino dos cosas: La primera es pensar en las víctimas y sus familiares, en el profundo dolor que supone esa pérdida fruto de un terrorismo, como todo terrorismo, que no puede ver mermada su profunda maldad con justificaciones absurdas. Por lo tanto ofrezcamos nuestro abrazo a las familias rotas por el dolor y mostremos nuestro desprecio a esa ideología perversa. La segunda reflexión nos exige no caer en la trampa de la extrema derecha (esa misma que crece en todo europa al albor de la islamofobia) y estigmatizar a todo el colectivo musulman por los hechos cometidos por los sectores más radicales del Islam. Es cierto que las imágenes vividas, tan sólo hace dos días en Molenbek no invitan al optimismo, decenas de musulmanes allí congregados (imagen que me recordaba las vividas en Euskadi por grupos afines al terrorismo de ETA) increparon a la policía belga, indicando que existe un cierto caldo de cultivo ideológico dispuesto a dar cobijo al monstruo. Aun así, hemos de reflexionar sobre la importancia, vital, que supone la integración de los buenos musulmanes, factor este muy importante en la lucha contra el terror islamista. La sociedad española, durante décadas, fue capaz de distinguir a unos de otros al grito de ¡Vascos sí, ETA no! La sociedad europea, aun en estos difíciles momentos, ha de ser capaz de distinguir el miembro sano del gangrenado y gritar: ¡Islam sí. Islamismo no!
Los ultraderechistas que gritan "moros fuera" son una minoría fanatizada y despreciable, pero los "buenistas"de alguna organización que critican publicamente a la policía por vigilar las mezquitas no están muy lejos de los primeros en su grado de estulticia e ignorancia con respecto al abordaje de las complejidades que deben afrontar nuestras actuales sociedades multiculturales.
Repito el mensaje inicial, que no es otro que el que he mantenido con respecto al "fascismo vasco" durante más de tres décadas, lo prioritario es mostrar nuestro abrazo solidario para con las víctimas y nuestro desprecio para con los asesinos y quienes les alimentan ideologicamente. Pero, por favor, sin caer en la trampa. El enemigo no está en Idomeni o en Lesbos.