Bakartxo Tejeria y el rigor parlamentario
El 5 de octubre de 2013, publiqué un
artículo en este mismo diario bajo el título “La solidaridad de la tribu”. En
el mismo me mostré muy crítico con la actuación de la presidenta del Parlamento
Vasco, Bakartxo Tejeria, con respecto a los criterios de aplicación del
reglamento contra quienes insultaban a un miembro de la cámara. Bien, de igual
manera creo, sinceramente, que su actuación sancionando a los miembros de la
Izquierda Abertzale que obstaculizaron
la intervención del señor Danborenea el
jueves día 26 de marzo exige, en justicia, un comentario de reconocimiento a
esa actitud. El día no era propicio, la cuestión por la que se protestaba
podría ser tenida en cuenta (yo mismo me encuentro sumido en un mar de dudas al
respecto de esas detenciones, su operatividad y el hecho mismo de que sean constitutivas de delito. No comparto la utilización torticera del lenguaje que hacen las asociaciones de presos, las llamadas a homenajes y la constante apología de las acciones criminales de los presos terroristas; aun así no creo que exista delito en esas reivindicaciones) y debatida, pero de forma democrática, sin herir
a los discrepantes ni hostigar su intervención.
Si en su día critiqué a la señora Tejeria, hoy, por coherencia conmigo mismo, debo aplaudir su coraje y el rigor en la aplicación del reglamento. Es cierto que el sector ideológico que ha protagonizado el altercado ha dado pasos positivos hacía el respeto y la convivencia, soy el primero en ponerlo en valor, pero actuaciones como las que han exigido la respuesta contundente de la máxima autoridad de la cámara, más nos recuerdan a prácticas de un pasado que critican en otros pero que no ven en sí mismos.
Lo dije en 2013 y lo repito ahora: no pueden quejarse de rigor quienes tan cerca estuvieron de la socialización del rigor mortis.
Si en su día critiqué a la señora Tejeria, hoy, por coherencia conmigo mismo, debo aplaudir su coraje y el rigor en la aplicación del reglamento. Es cierto que el sector ideológico que ha protagonizado el altercado ha dado pasos positivos hacía el respeto y la convivencia, soy el primero en ponerlo en valor, pero actuaciones como las que han exigido la respuesta contundente de la máxima autoridad de la cámara, más nos recuerdan a prácticas de un pasado que critican en otros pero que no ven en sí mismos.
Lo dije en 2013 y lo repito ahora: no pueden quejarse de rigor quienes tan cerca estuvieron de la socialización del rigor mortis.
Jesús Prieto Mendaza
Articulista colaborador de El Correo
(publicado en la sección Cartas al Director el 28-3-2015)
(publicado en la sección Cartas al Director el 28-3-2015)
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