Arratsalde honetan, une honetan Bilboko kaleetatik jende askok biktimarioak gogoan dituztenean eta etxera bueltatzea eskatzen dutenean, inoiz baino garrantzitsuago egiten zait gogoratzea ixilik, etxe barruan, ausentziaz inguraturik biktima asko daudela. Manifestazioaren hasieran M. Laboaren "Txoria txori" abestia entzun da... Eta neuk txori beltzak ez, txori eredugarri hauek nituen maite.
Cuando en este momento una enorme masa de personas atraviesa las calles de Bilbao pidiendo que los "presos políticos" vuelvan a sus casas, cuando en las pancartas dirigidas a los victimarios se lee "maite zaituztegu" (os queremos), creo que es más importante que nunca recordar que las víctimas estarán en sus casas, solas, rodeadas de ausencias, sin ser recordadas por nadie. Ha comenzado la manifestación con la preciosa canción de M. Laboa, "Txoria txori", precisamente un canto frente a la crueldad y el totalitarismo, representado por quien corta las alas a un pájaro. Yo no quiero amar a los pájaros negros de la muerte, yo prefiero amar a estas otras aves (a quienes fanáticos y crueles totalitarios travestidos de revolucionarios cortaron sus alas o eliminaron), a éstas, que callan en silencio mientras rumian su dolor a quien nadie parece recordar esta tarde: las víctimas. Desde el fin de ETA he estado de acuerdo en que la política penitenciaria excepcional, que se debió implementar por la sangrienta acción de ETA y otros grupos (entre los que están los impulsados por una visión bastarda del deber de estado), debía desecharse paulatinamente. No criticaré que los terroristas presos estén cerca de sus casas, por lo tanto acepto que lo estén, pero...ahora, en vez de dar por finiquitado ese movimiento de años, se sigue y se pide directamente su libertad. Para mí muy triste. El futuro de reconciliación, el futuro de construcción de una sociedad en paz, no puede hacerse sin tener en cuenta a quienes fueron asesinados mientra se pide la libertad de sus asesinos.
El futuro es de la juventud, pero la juventud ha de ser crítica y ha de construir una sociedad reconstruida desde el conocimiento de lo aquí ocurrido, sabiendo, claramente, que los "pajaros negros" no fueron palomas de la paz. En la presentación de nuestro último trabajo, en el Centro de Ética Aplicada de la Universidad de Deusto, lo expresaba y resumía de forma clara. Es mejor verlo (podéis acceder en castellano también) a que siga escribiendo en este espacio.
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