Vlado Gotovac (escritor yugoslavo...es decir con sentimientos identitarios múltiples)


"NUNCA HE COMPRENDIDO A QUIENES DESEARÍAN QUE EL ARCO IRIS FUERA DE UN SÓLO COLOR. ÚNICAMENTE SU VARIADA GAMA CROMÁTICA LO HACE HERMOSO. ASÍ, TAN SÓLO DIVERSAS ETNIAS Y GRUPOS HUMANOS PUEDEN ENCERRAR TODA LA BELLEZA DEL MUNDO".
Vlado Gotovac. Escritor yugoslavo (...portador de identidades múltiples, no excluyentes, radicalmente opuesto a la limpieza étnica que configuró los actuales estados mono-étnicos en los Balcanes)

lunes, 29 de febrero de 2016

La antropología frente a la intolerancia. ¿por qué no?


Dice Marc Augé en "El sentido de los otros" que "la muerte del exotismo es una de las características esenciales de nuestras actuales sociedades" (p. 12). Confrontarnos pues con la alteridad nos exige ver más allá de los "patrones culturales homogéneos" para observar la mezcla y la hibridación que anida en todo grupo humano. No podemos caer, como antropólogos/as, en los mismos estereotipos con respecto a la cultura (religiosidad. política, parentesco, sexualidad, educación...) que mantenía la ciencia antropológica a comienzos del S XX. Así, parafraseando de nuevo a Augé, hablar de una sociedad es "hablar de un itinerario, hablar de salida, de estancia y de vuelta, incluso si se ha de entender que ha habido muchas salidas, que la estancia fue también un viaje y que el retorno no ha sido nunca definitivo" (p. 13). Cada día me seduce menos esa antropología que habla de la "mayoría de un pueblo", cada día me interesan más las minorías que existen y sus relaciones ocultadas. Son los judíos que militan en organizaciones junto a palestinos en Jerusalem; las palestinas que están a favor de la igualdad de la mujer y en contra de las milicias de Hamás en Gaza; los Saharauis que se han casado con marroquies y viven en El Aiun cuya perspectiva es distinta de la del Frente Polisario; los ucranianos que hablan ruso y han creado una familia con una mujer ucranien en Kiev; los ucranianos que hablan ucranien y se han casado con una mujer rusa en Crimea; los wolof que conviven con los yola en Casamance; las...mezclas, quienes se alejan del discurso maqyoritario, aquellos que no se dejan seducir por los odios aireados por la "mayoría", los traidores y los mestizos. Sólo ellos/as podrán vencer la intolerancia y el fanatismo que nos lleva inexorablemente a la negación de toda posibilidad de convivencia con el diferente (sería, qué horror, la victoria de las tesis de Samuel Huntington) y a la guerra entre humanidades antagónicas. ¡No! Me sigue interesando el beso entre un judío y una palestina, entre un utu y una tutsi, entre un vasco y una andaluza, entre un payés de Girona y una muchacha de Teruel. La pureza, la homogeneidad, el núcleo duro de una cultura me aburre cada vez más y me dejo seducir por los márgenes, por la "ganga cultural" (para algunos, no para mí) que manifiesta una cultura viva, no estática, en contínuo movimiento, fecunda en definitiva.  Apuesto por una antropología que contemple la cultura del S. XXI  como fornicación entre distintos prestámos culturales, lo demás es cultura estéril. Creo yo...

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