Vlado Gotovac (escritor yugoslavo...es decir con sentimientos identitarios múltiples)


"NUNCA HE COMPRENDIDO A QUIENES DESEARÍAN QUE EL ARCO IRIS FUERA DE UN SÓLO COLOR. ÚNICAMENTE SU VARIADA GAMA CROMÁTICA LO HACE HERMOSO. ASÍ, TAN SÓLO DIVERSAS ETNIAS Y GRUPOS HUMANOS PUEDEN ENCERRAR TODA LA BELLEZA DEL MUNDO".
Vlado Gotovac. Escritor yugoslavo (...portador de identidades múltiples, no excluyentes, radicalmente opuesto a la limpieza étnica que configuró los actuales estados mono-étnicos en los Balcanes)

sábado, 2 de mayo de 2015

Álava.Araba. Mediando en la polémica. In medio virtus




Como decía Aristóteles "In medio virtus". Ahí me quiero situar yo ante la polémica desatada estos días en mi tierra. San Prudencio y la Virgen de Estibaliz, este año,  ha debido conciliar posturas encontradas en la fiesta de todos los alaveses y alavesas. Las declaraciones del Diputado General sobre la supuesta inferioridad de nuestra provincia han generado todo tipo de declaraciones y la polémica, lejos de haberse aplacado, está servida. Si bien ciertas metáforas no puedo considerarlas afortunadas (“morralla”), no es menos cierto que entre nuestros conciudadanos existe cierto malestar, arrastrado desde hace años, con respecto al tratamiento que Álava ha tenido en su encaje en la Comunidad Autónoma del País Vasco y con respecto a los movimientos uniformadores que el nacionalismo vasco, tanto en su versión jeltzale como abertzale, ha fomentado en las últimas décadas de cara a configurar una identidad vasca tipo. Nuestro nacionalismo se muestra beligerante, habitualmente,  con respecto al centralismo del estado del que se pretende desligar, mientras que en su pretendida configuración estatal manifiesta tendencias fuertemente centralizadoras en su visión cultural o  idiomática, pues son precisamente los dos ejes fundamentales de la construcción identitaria.  Se puede discrepar con lo apuntado por Javier de Andrés, pero sería una torpeza política de gran calado considerar que en nuestra provincia no existe un “humus fértil” en el que la semilla de cierto “nacionalismo alavés” pudiera germinar, pues el discurso del agravio y del enemigo exterior tiene un fácil arraigo.
Nuestro territorio se define, fundamentalmente, por un hecho objetivo. Somos tierra de paso y de mezcla desde tiempos inmemoriales. Además de la presencia celtíbera en nuestro territorio, desde el Siglo I a. c.  el avance de la romanización se data en estas tierras norteñas de la Hispania romana. Numerosos asentamientos, del que  destaco por su especial conservación el de Iruña- Veleia, nos retrotraen a aquellos años y dan fe del nivel civilizatorio que introdujo la Roma Hispana. Dato este que es definitorio para  la pervivencia del euskera en la zona norte y para el proceso de latinización, primero, y de paso al uso del romance en la zona centro y sur de la provincia., hecho éste que hizo que nuestro español, o castellano, fuera reconocido como uno de los más limpios de toda España. En este viaje a través de nuestra historia, no debemos olvidar otros contactos y otros préstamos culturales. Este es el caso de la influencia judía. Los sefardíes se datan en Vitoria desde 1250 hasta 1492. La calle de la judería, la Aljama  de la ciudad, se correspondería con la actual calle Nueva Dentro. Pero, no piensen ustedes que nuestra mezcla de sangres finaliza aquí, pues hay en nuestro genoma cultural contactos con colonos venidos del reino Astur-Leonés y de contingentes moriscos que se asentaron en nuestra parte de la llamada Sonsierra Navarra. Por lo tanto austrigones, berones, várdulos, caristios y demás vascones meridionales fueron mezclándose a través de los siglos con gentes venidas de Cartago, de Fenicia, con iberos, celtas, romanos, judíos y árabes o con poblaciones visigodas del reino Astur-Leonés.  Pero no finaliza aquí nuestra mezcla pues la situación privilegiada de nuestras tierras en la ruta hacia Francia, harán que seamos visitados a través de los siglos por gitanos, francos y germanos, sin olvidar las milicias napoleónicas. Bastaría con recordar aquella copla que se hizo popular en 1.810 y que así rezaba: “La marquesa de Montehermoso tiene un tintero, donde moja su pluma José primero”. Reitero que el mestizaje es elemento definitorio de nuestro ser, la consideración de territorio mestizo, abierto, lugar de paso, de mezcla, de encuentro, lugar plural en definitiva en el que se entrecruzan, con total normalidad, el sentimiento vasco con la vecindad riojana o burgalesa.

Álava, en su geografía, presenta paisajes oceánicos, continentales y mediterráneos. Nuestros son los hayedos, la oveja latxa, los montes, como el Gorbea, y los verdes prados del norte. También las tierras suaves de la Llanada, la remolacha y  la patata. Alavesas son nuestras tierras meridionales, la sal, nuestros campos de cereal y rebaños de oveja merina. Como no, las tierras de Rioja Alavesa, la vid, el olivo, el lagar y el trujal con el que obtener el oro líquido. Nuestros son el euskera y el castellano, Raimundo Olabide y Félix María de Samaniego, el txistu y la dulzaina, el bertso y la jota, la abarca y la alpargata. Así pues, somos los alaveses, crisol y mezcla de etnias, religiones,  y culturas. Ése ha sido nuestro origen, él es  hecho definitorio de nuestra plural identidad y de la convivencia ejemplar de nuestra sociedad. Este equilibrio cultural, este crisol enriquecedor, permanece hoy en día a pesar de los intentos esencialistas de los sectores más ortodoxos, tanto del nacionalismo español como del vasco.

Si la pluralidad es nuestro tesoro… ¿Por qué, en vez de cuidarlo, hemos de renunciar a él? ¿Por qué se nos ha de forzar a elegir un idioma u otro? ¿Por qué hemos de ser instados a optar por una única identidad? ¿Por qué hemos de mutilarnos?

Decía Amin Maalouf “…cuando me preguntan qué me siento más francés o más libanés, mi respuesta es siempre la misma. ¡Las dos cosas! Y no lo digo por ser equilibrado o equitativo, sino porque mentiría si dijera otra cosa. Lo que hace que yo sea yo, y no otro, es ese estar en las lindes de dos países, de dos  idiomas, de dos religiones, de dos tradiciones culturales. Eso justamente es lo que define mi identidad. ¿Sería acaso  más sincero si amputara de mí una parte de lo que soy?”

Soy alavés, mestizo, sin complejos y…¡estoy orgulloso de ello!



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