A pesar de que mis diferencias con el alcalde Javier Maroto han sido públicas en los últimos meses, es necesario reconocer iniciativas que merecen mi respeto y que además pueden contribuir a desechar ciertos prejuicios o estereotipos que están siendo demasiado frecuentes entre nosotros últimamente. Por eso aplaudo la iniciativa de nuestro regidos a la hora de recibir con todos los honores a los chicos y chicas, familias y claustro de profesores del IPI Sansomendi de Vitoria, un centro escolar que acoge a sectores ciertamente desfavorecidos de nuestra sociedad y que nos están dando una lección de trabajo, éxito y voluntad de superación del que debiéramos aprender todos. Este centro ha ganado el Premio Nacional a la Innovación Educativa, se lo merecen y ha sido una gozada oír el desparpajo y la corrección con la que se han dirigido a los presentes: "-Oye alcalde, a ver cuando vienes a una Tertulia Dialógica ¿eh?". Javier Maroto ha estado simpático y cercano con todos nosotros, espero que no sea un gesto de un día y que lo vivido esta tarde en el salón de recepciones del ayuntamiento de nuestra ciudad pueda ayudar a moderar ciertos discursos y a derivarlos por el camino del que nunca debieron haber salido. Esta vez pido un aplauso para Javier Maroto. A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César.
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