Ez ohiko Ikasturtearen amaiera-Fin de curso...extraño

Halaxe da. 2019-2020 ikasturte honetako azken zatia eta amaiera betirako gogoratuko dudala uste dut. Benetan bukaera arraroa izan dela, baina ostopo guztien gainetik bukatu dugu. Azken parte honetan bai irakasleen arteko bilerak baita klaseak ere bai on line izan dira. Praktikoak? bai zalantzarik gabe, baina gauza bat kontatuko dizuet, ia ixilpean, teknika eta teknologia jainko berri bihurtu den inernet bolada miresgarrian erdi izkuturik ausartzen naiz hauxe esaten: horrelako klaseak ez zait batere ez gustatzen. Zergatik? Ikasleen begiradak, keinuak, deserosotasunak, konplizitateak, hasperdurak edota ilusioak pantaila batean galtzen direlako. Zergatik? Erlazioa, interakzioa, emozioa, sentimenduak...gure humanitatea finalean, galtzen direlako. Batzuek etorkizuna horrelakoa izan behar dela aldarrikatzen digute behin eta berriz. A zer nolako galera!  A zer nolako tristura!
 

Una cosa es segura, este último trismestre y fin de curso en la Universidad lo recordaré toda mi vida. Ha sido, de verdad, el curso más extraño de mi vida; y eso que lo hemos terminado con dignidad y acierto gracias a las nuevas tecnologías. Esta última parte se ha finalizado gracias a que tanto las reuniones de profesores como las sesiones con alumnado han sido on line. Meet, Zoom, Hangouts, Skype, Jitsi meet...aplicaciones estupendas, pero les voy a contar una cosa, casi en voz baja en estos tiempos de ensimismamiento tecnólogico, pues me da verguenza decirlo: ¡esta forma de impartir docencia no me gusta nada!!! ¿Por qué? se preguntarán ustedes. Porque a través de una sesión on line se pierden los matices, se pierde la magia del acto docente y la relación con el discente. No se viven los nervios, los desagrados, los gestos, el aburrimiento o el alborozo. Se pierden las relaciones, la interacción directa, de verdad, las emociones, los sentimientos, en definitiva nuestra propia humanidad, más pendiente de la conexión wifi que de las personas, seres humanos, chicos y chicas de carne y hueso, que tenemos enfrente. La vida universitaria es algo más que el plan de estudios, los créditos o el TFG, es conocimiento, descubrimiento, amistad, relaciones con compañeros llegados de todas las partes del mundo: es estudio, y también cafés compartidos en la cafetería, cenas con los compañeros, viajes por la geografía de Euskadi, poesías escritas para la revista universitaria, deportes realizados para el equipo de facultad, actuaciones del grupo de teatro, cantar con la tuna o en un karaoke de la Avenida de las Universitades ¡Maldito Covid 19 que os ha arrebatado también esto! Son muchos los que nos anuncian, con sus bolsillos llenos gracias a una tecnología que nos exige cambiar de dispositivo móvil cada poco tiempo de forma compulsiva, que el futuro será así y que debemos aceptarlo. Si es así, sin espacio para las relaciones reales, no virtuales sólo...¡que gran perdida y que tristeza! 

No deseo que esta reflexión enturbie el gran trabajo realizado este curso, y que he tenido el placer de compartir, desde el Centro de Ética Aplicada de la Universidad de Deusto. Ha sido un placer compartir estos meses con docentes de la talla de Izaskun Saez de la Fuente, Ängela Bermúdez, Galo Bilbao Alberdi, Cristina Pena y por supuesto con jóvenes como Leire, Mikel, Miguel, Uxue, Maialen, Javier (que ha actuado también como un eficiente becario)...ha sido un placer. Tan sólo espero que el curso 2020-2021 podamos hacerlo presencial, osea...¡de verdad!