Vlado Gotovac (escritor yugoslavo...es decir con sentimientos identitarios múltiples)


"NUNCA HE COMPRENDIDO A QUIENES DESEARÍAN QUE EL ARCO IRIS FUERA DE UN SÓLO COLOR. ÚNICAMENTE SU VARIADA GAMA CROMÁTICA LO HACE HERMOSO. ASÍ, TAN SÓLO DIVERSAS ETNIAS Y GRUPOS HUMANOS PUEDEN ENCERRAR TODA LA BELLEZA DEL MUNDO".
Vlado Gotovac. Escritor yugoslavo (...portador de identidades múltiples, no excluyentes, radicalmente opuesto a la limpieza étnica que configuró los actuales estados mono-étnicos en los Balcanes)

jueves, 17 de diciembre de 2015

Esas gafas rotas...



No es santo de mi devoción Mariano Rajoy. No simpatizo con su ideal politico. ¿Y qué? Acaso unicamente debo respetar a mis iguales, a mis afines, a mis correligionarios, a mi tribu? Redacto estas líneas preocupado por la confusión y la frivolidad con la que numerosos amigos/as están valorando este hecho y además, como miope que soy, entiendo la humillación y el desamparo de una persona, como yo, cuando le dejan sin gafas...¡Qué caramba!!!



Unas gafas rotas…

La agresión al presidente Mariano Rajoy, como era de esperar, ha despertado en las redes sociales ese espíritu cainita que parece resucitar (si es que alguna vez se fue definitivamente) en este país. Para unos la acción violenta del mentado Andrés es legítima pues el presidente del gobierno no les representa, pertenece a un partido conservador y ha llevado a cabo políticas propias de un partido situado a la derecha en el juego político (curiosas las escasas alusiones a la corrupción) de esa “puta España” a la que odian. ¡No es para tanto! ¡Tan sólo son unas gafas rotas! Conclusión: al opositor, al diferente, al contrario, en definitiva al que no pertenece a mi tribu se le puede agredir. Bonita forma de retratarse o definirse como antifascista con argumentos profundamente fascistas. Para otros lo ocurrido es una agresión de tal tamaño que merecería un juicio de las proporciones del de Nüremberg  y al mentado joven (tan desorientado, maleducado e inculto como miles de jóvenes españoles eculturizados en la estulticia, el botellón o el porro, que abrazan el futbol como una religión de sustitución como otros abrazan la imagen de Belén Esteban) le desean cadena perpetua o casi ser ajusticiado en la plaza pública.  ¡Veamos quien la dice más gorda! Y es que los pobladores de este solar patrio somos muy dados a estos excesos, sobre todo en ciertas tertulias televisivas o radiofónicas y, como no, en las de taberna. ¡Qué le vamos a hacer! Siempre hemos confundido la gimnasia con la magnesia o la verborrea con la gonorrea, y es que para escribir no es lo mismo ser diestro que ser torero, aunque a muchas generaciones de ciudadanos les parezcan sinónimos, consecuencia nefasta, sin duda, de las interminables leyes de educación superpuestas que no acaban de considerar la educación como el bien más preciado de un país. 
Aunque nos duela, finalmente, hemos de reconocer que esperpentos de 17 años como éste no son sino fruto de la dejación de los adultos, en un país en el que nos hemos matado mutuamente durante siglos y que, cuando hemos conseguido el periodo de mayor estabilidad de la historia de España (a pesar del terror de ETA) no se nos ocurre otra cosa que comenzar de nuevo a azuzar los viejos demonios patrios, banderas, secesiones, derechas, izquierdas, rojos, azules, agresiones y… prefiero no pensar a dónde nos podría llevar esta progresión matemática, pues, de hacerlo quizás la mejor opción sería morirse de pena, como le sucedió a Don Miguel de Unamuno en los albores de 1937, visto el panorama que se le ofrecía en aquella España que se autodestruía a sí misma, deshumanizándose, en una terrible guerra fratricida. En el fondo el gesto orgulloso de este mozalbete – “No me arrepiento de ello”- y las amenazas vertidas en su twitter, no difieren tanto de aquel grito fanático proferido por Millán Astray en la Universidad de Salamanca ¡Viva la Muerte y abajo los intelectuales!   
“Sin sentimiento de respeto, no hay forma de distinguir los hombres de las bestias”, dijo Confucio.  ¿Acaso alguien se ha preocupado en los últimos años por reivindicar, fundamentalmente desde el ámbito educativo formal y familiar, que el respeto al diferente es lo único que nos puede hacer salir de nuestra condición animal? Creo, sinceramente, que más bien poco. Unas gafas rotas en el suelo pueden ser sólo unas gafas rotas… o bien un peligroso preludio. Por favor, no lo minimicemos.


1 comentario:

  1. ¿Quien llora por los desahuciados, por los que sin salida se suicidan, por los parados que no volverán a trabajar, por los que no pueden pagar la luz, los que aun trabajando no llegan a fin de mes?
    Pero el problema es que han agredido a la sacro-santa figura del presidente del estado responsable de todos los crímenes mencionados, a no, que los responsables son ellos mismos por no haber sabido hacerlo mejor, por no administrarse más sabiamente. Ya lo dijo otro de estos monstruos intocables -Que se jodan-, pero son intocables gracias a la estupidez de un pueblo que a la par que los sufre los venera, y lo hace porque en el fondo se sabe igual de perverso, los envidia y anhela poder ocupar su puesto, o al menos reírles las gracias a ver si cae alguna migaja.
    Que triste.

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