Vlado Gotovac (escritor yugoslavo...es decir con sentimientos identitarios múltiples)


"NUNCA HE COMPRENDIDO A QUIENES DESEARÍAN QUE EL ARCO IRIS FUERA DE UN SÓLO COLOR. ÚNICAMENTE SU VARIADA GAMA CROMÁTICA LO HACE HERMOSO. ASÍ, TAN SÓLO DIVERSAS ETNIAS Y GRUPOS HUMANOS PUEDEN ENCERRAR TODA LA BELLEZA DEL MUNDO".
Vlado Gotovac. Escritor yugoslavo (...portador de identidades múltiples, no excluyentes, radicalmente opuesto a la limpieza étnica que configuró los actuales estados mono-étnicos en los Balcanes)

sábado, 24 de septiembre de 2016

Lekuona. In memoriam



Hoy ha sido un día duro. Ahora, al llegar a casa he leído el periódico y, como de costumbre, también las esquelas. ¡Ah Dios! Que duro ver ahí la noticia del fallecimiento de Jose Amado, "Lekuona" para todos los que le conocimos. Allí por los años ochenta y noventa compartimos mil anécdotas, algunas muy difíciles y duras, tanto en Gesto por la Paz como en Bakea Orain. No podré olvidar la bondad y la capacidad de trabajo de Lekuona, tampoco la valentía y la fuerza de Maruja, su mujer. Un matrimonio que tuvo que enfrentarse a la represión franquista y que años más tarde tuvo también que hacer frente al fascismo de ETA y la la amenaza constante de su red de cómplices. Era Lekuona un hombre de paz, un hombre que creía en en la fuerza del "gesto en silencio" ("...ese silencio aquí es como lanzar un gran grito desafiante amigo Jesús"), que además era capaz de perdonar a quienes le insultaban y de ofrecer su mano en un gesto de reconciliación. No cabían en su cabeza palabras como odio, venganza, rencor... tan sólo, quizás por su profunda fe cristiana, estaba abierto a la concordia, a la comunión con todos aquellos que le rodeaban. Mañana asistiré a su despedida. Pierde Vitoria un hombre bueno, un militante de la paz que dejó muchos años de su vida en ese empeño, en situaciones que hubieran hecho temblar de miedo a otros muchos. Hoy en 2016, cuando Euskadi (o Euskal Herria, o País Vasco-Navarro, o Vasconia, o....pongan ustedes el nombre que más les guste) vive tiempos notablemente mejores, cuando las heridas (aún con dificultades que no voy a mencionar en estas líneas) no supuran como antes, muchos no reconocen que haber llegado hasta aquí no ha sido gratis, que la paz de hoy se la debemos a personas como Lekuona. 
Recibe amigo mi reconocimiento, aún póstumo y dolorido, y descansa, descansa en paz Lekuona, en esa paz que tanto te debe y tan pocos sabrán reconocerte.
Agur Lekuona. Agur bakearen gudari. Agur eta ohorea Lekuona!



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